Después de toda la retórica y promesas, el día de mañana se despejarán las dudas sobre el futuro de las reglas de comercio. En su última conferencia de prensa, el presidente electo de los Estados Unidos señaló que será una negociación larga (aproximadamente de un año o año y medio). Resulta interesante que vinculó el tema del muro, la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y su deseo de que las empresas estadounidenses mantengan sus inversiones/empleos en su país. Las formas y modalidades aún no son claras. Sin embargo, México debe estar preparado para absolutamente todos los escenarios. Cuenta con un grupo de negociadores experimentados herederos de una tradición que empezó con la entrada de México al entonces Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio en 1986 y se curtió con la negociación del tratado que rompió todos los paradigmas en materia del derecho comercial internacional, i.e. el TLCAN.
Pero hoy, a unas horas de que comience una nueva era en la relación comercial con nuestro vecino del norte y principal socio comercial, preocupan más otros “muros”…
La corrupción: recientemente México se posicionó nuevamente dentro de los países más corruptos del mundo. De acuerdo con el Índice de Percepción de la Corrupción 2015 elaborado por Transparencia Internacional, México ocupa la posición 95 entre 168 economías evaluadas, con 35 puntos donde 0 equivale a altos niveles de percepción de corrupción y 100 a bajos niveles. Además, de las economías que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México ocupó el último lugar.
El Estado de derecho: de acuerdo con el World Justice Project, México ocupó en 2016 el lugar 88 entre 113 países. Dicho índice mide aspectos relacionados con los poderes del gobierno, ausencia de corrupción, apertura en el gobierno, derechos fundamentales, orden y seguridad, cumplimiento regulatorio, justicia civil y criminal. Si bien los países de la OCDE cuentan con un promedio alto (alrededor de 0.76 y 0.78), el promedio de México nuevamente se encuentra en un 0.46 con tendencia incluso a la baja en áreas como derechos fundamentales.
La inequidad: existe desigualdad en el ingreso así como en la distribución de la riqueza, a manera de ejemplo, en 2014 el coeficiente que mide la distribución del ingreso fue de 0.459, mientras que en países como Finlandia dicho coeficiente fue de 0.257. En este sentido la concentración es más alta en nuestro caso. Para el mismo año, México tuvo la tercera tasa de pobreza más alta de los países evaluados.
Lo anterior se tiene que decir fuerte y claro. El TLCAN es un contrato, importante sí, pero un contrato. Por ello, más importante que los términos de la relación comercial con Estados Unidos, con o sin TLCAN, no podremos avanzar si no echamos abajo los muros que más nos afectan.
Profesor Titular. Facultad de Derecho. UNAM. Juez del Órgano de Apelación de la Organización Mundial del Comercio
Twitter: @ricardoramirezh